He realizado un ayuno un poco diferente a los que hago normalmente, sin tanto sufrimiento y veo que con buenos resultados también.
Para mí es muy importante decirte que esto no es una recomendación, es mi experiencia y la comparto contigo, por si te resuena y puedes sacar algo de provecho para ti.
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MI EXPERIENCIA CON EL AYUNO
A lo largo de mi vida he hecho diferentes tipos de ayuno. Me encanta experimentar con mi cuerpo, esto me aporta autoconocimiento no solo a nivel físico, sino también a otros niveles: como el espiritual y el sensorial.
He hecho ayunos solamente con agua y bastante largos, de hasta 10 días. Y la verdad, yo que soy de comer y una disfrutona como dice una muy buena amiga mía, pues me es duro y difícil. Al tener mucha fuerza de voluntad, siempre los realizo, pero te engañaría si te digo que no hay parte de sufrimiento o de momentos difíciles en los que comería y me pongo de mal humor.
No soy de buen llevar en algunos momentos cuando realizo ayunos prolongados, tengo mis momentos de debilidad. Estos ayunos con agua, si los hago, los hago máximo una vez al año o cada dos años.
Uno de los ayunos que más realizo (que a lo mejor no debería llamarlo ayuno) son ayunos con caldos vegetales y de huesos. Es decir un ayuno con líquidos, que no es lo mismo que con agua. Estos ayunos me gusta hacerlos, no me suponen un gran esfuerzo y siento que a mi sistema digestivo le doy un poco de tregua, lo dejo tranquilo por unos días y siento que me lo agradece mucho 😉
Hace como 10 años o más, cuando estaba inmersa en ser vegetariana, hacía los llamados “Detox”, que eran unos días con zumos verdes. Personalmente en aquel momento no me sentaban muy bien, me hinchaban la barriga, puede que fuera porque como soy un ansia no masticara los líquidos como se debe hacer.
Cuando volví a comer carne la verdad es que los aparqué, y hace un par de años los volví a introducir, no a diario, pero sí que voy a rachas y depende de como estoy me apetece hacerme un zumo verde.
Pues todo este rollo para contarte que el ayuno que he realizado en este cambio de estación, que surgió sin planearlo, era el fin de semana del 21 y 22 de septiembre. Estaba como harta, hinchada y sentí que mi sistema digestivo necesitaba tregua, un descanso, y fue el domingo después de comer que decidí empezar el ayuno.
MI PLANNING DE AYUNO
DOMINGO | |||
Mediodía Última ingesta. | Noche No comí ni bebí nada, solo agua. | ||
LUNES (antes de nada me hice una lavativa, algún día ya te hablaré de ello) | |||
Mañana Tomé un vaso de agua, con agua de mar y zumo de medio limón. | Media mañana Una infusión (sin miel, ni edulcorantes ni nada por el estilo). | Mediodía Me hice un zumo de menta, zanahoria, pepino, manzana, jengibre y un chorrito de agua de mar. | Noche Un tarro de nuestro caldo de huesos con un poco de zumo de limón. |
MARTES | |||
Mañana Tomé un vaso de agua, con agua de mar y zumo de medio limón. | Media mañana Nada, porque a las 16:00 tenía entreno y no quise tomar el zumo antes de entrenar. | Mediodía Justo después de entrenar, a las 17:00, me tomé un vaso de agua con agua de mar. | Noche Un tarro de nuestro caldo de huesos con un poco de zumo de limón. |
MIÉRCOLES | |||
Mañana Tomé un vaso de agua, con agua de mar y zumo de medio limón. | Media mañana Una infusión (sin miel, ni edulcorantes ni nada por el estilo). | Mediodía Me hice un zumo de menta, zanahoria, pepino, manzana, jengibre y un chorrito de agua de mar. | Noche Un tarro de nuestro caldo de huesos con un poco de zumo de limón. |
JUEVES | |||
Mañana Tomé un vaso de agua, con agua de mar y zumo de medio limón. | Media mañana Me hice un zumo con remolacha, zanahoria y jengibre. | Mediodía Aquí ya comí algo más consistente, en este caso una crema de verduras Santa Paciencia de calabaza y zanahoria con cúrcuma y jengibre con chucrut de col lombarda por encima. | Noche Un tarro de nuestro caldo de huesos con fermento de remolacha y zumo de limón (está riquísimo). |
VIERNES |
Los ingredientes para el zumo que me hago durante mi ayuno. Y mi hijo y yo, recogiendo la menta para este.
MI OPINIÓN SOBRE EL AYUNO
Con esto, quiero mostraros un ejemplo de “ayuno” o de “descanso” digestivo que yo hago, y que nunca hago igual. Hacerlo con agua, cuando mi día a día es duro y con mucho curro, a día de hoy no soy capaz de hacerlo, ni quiero. Pero estos ayunos así, me sientan bien, mi cuerpo me lo pedía a gritos y me ha sentado genial.
Esto han sido 4 días, porque lo he podido llevar sin sufrimiento, pero muchas veces son menos días, a veces es solo 1 día, pero ya merece la pena.
Hace tiempo, cuando los lunes iba a repartir yo los caldos y los menús que antes hacíamos, era mi día de ayuno, y siempre hacía lunes con caldo. La verdad que me gustaba y al tener bastante trabajo me iba bien, pero esto depende de cada uno y de cómo lo sienta uno mismo.
En mi opinión, no forzaría nunca un ayuno. Es muy importante sentirlo y ver si realmente te puede aportar un beneficio o de lo contrario, vas a añadir más estrés a tu cuerpo del que está en este momento dispuesto a asumir. Y, al menos para mí, hay momentos en que no puedo darle más estrés del que ya llevo encima y no es el momento para hacerlo.
Si te soy sincera, esto lo he aprendido a base de ostias. Soy muy burra, tozuda y tengo fuerza de voluntad y reconozco que he pasado temporadas que me he forzado mucho a hacer ayunos y algunos de prolongados que me han hecho más mal que bien.
Esto te lo quiero decir por qué:
- Aunque veas mil ayunos en las redes sociales y que a todo el mundo le sientan fenomenal, no es oro todo lo que reluce.
- Tú eres el responsable de tu vida y de tu cuerpo y eres quien más te conoce.
- Te animo a escucharte y sentirte. Y si te apetece hacer un ayuno, que sepas que este que he realizado yo, es sencillo de cojones y sienta muy pero que muy bien!
¡Si te animas a probarlo, esperamos que nos cuentes cómo te fue a través de nuestro perfil de Instagram! Un abrazo y gracias por leerme🥰🙏🏼
Con amor,
Mercè